Cáncer Perro

La sensibilidad se halla omnipresente en los Cáncer Perro

En este sujeto las emociones y los sentimientos son profundos y exacerbados, lo cual suele tornarlo receloso. Los Cáncer Perros dan la impresión de tener un radar incorporado. Una palabra, una mirada o —Dios nos guarde— un comentario ácido, pueden convertir de un segundo para el otro a estas almas susceptibles en una pila de nervios deshechos. Estas personas, tocadas por la varita mágica del sentido estético, necesitan protección de las cosas malas del mundo y sus vicisitudes.
Pese a su hipersensibilidad a los estímulos exteriores, los Cáncer Perros llegan a triunfar en su vida. Tienen un empleo, hijos, y se ocupan de sus negocios con seriedad y competencia. Les encantan los proyectos complejos y difíciles y siempre se sienten atraídos por los problemas más barrocos, que se empeñan en resolver con tranquila elegancia.
Las situaciones intrincadas, con toda su complejidad laberíntica, no intimidan en absoluto el carácter paciente y serio de estas personas. Los Cáncer Perros son individuos que se acuestan tarde, fuman demasiado y se abren paso a través de gruesos muros de ideas y planes hasta que encuentran la brillante solución que procuraban. Los Perros nacidos bajo el signo de Cáncer aman la jardinería, decorar su casa, construir, leer buenos libros, la música, la pintura. La creatividad es lo suyo.
Y la inquietud, su principal debilidad. Los Cáncer Perros se hacen mala sangre por todo y por cualquier cosa. Se llenan de pánico y angustia ante la menor tardanza o ausencia, se torturan por el éxito que obtendrá la exposición de sus obras y se pasan la noche en vela preguntándose si los pinceles que les vendieron serán realmente de piel de visón. Los Cáncer Perros se amargan por cosillas que parecerían insignificantes a otras personas menos sensibles. Para estos nativos, el aire siempre está lleno de amenazas latentes. Avanzan por la vida con sumo recelo y cautela, pero, por cuidadosos que sean, la vida siempre encuentra una manera de tomarlos por sorpresa.
Como resultado de esta actitud extremadamente desconfiada y temerosa, el Cáncer Perro da la impresión de vivir como acorralado, como si tuviera miedo de su propia sombra. ¿Es un paranoico? Francamente, yo creo que sí. Este nativo siempre tiene un dedo puesto sobre el botón del pánico… y se nota.
El vivir constantemente alerta no impide, desde luego, que este sujeto sea razonable y enormemente justo en su trato con los demás. Posee una gran capacidad de comprensión y compasión, y también un sexto sentido que le indica qué es lo correcto en determinadas situaciones.
También es un ser generoso. Le gusta dar y ser amable, y, porque quisiera que los demás alcanzaran los mismos niveles de auto- sacrificio que él, es adorablemente alentador con las personas a las que ama. Paciente, gentil y bueno, el Cáncer Perro resulta un compañero ideal.

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