Estamos ante una pareja perfecta, al menos, entre las sábanas.
Pero a medida que se desvanecen las brumas de la pasión física y el cuidadoso Capricornio advierte la capacidad de herir del errático Géminis, la frialdad puede congelar su corazón.
Coqueto y encantador, Géminis puede torturar el alma leal y fiel de Capricornio sin darse cuenta siquiera, y todo el amor posesivo de éste se traducirá en temibles celos junto a ese fanático de la libertad que es Géminis.
La firme energía de la cabra y su indomable ambición pueden confundir al despreocupado Géminis.
El sentido del humor y la relación sexual pueden tender un puente que salve el abismo entre ambos, pero el dinero y las luchas por el control pueden demolerlo si ambos no ponen remedio.
Y esforzarse tiene sus recompensas, ya que Géminis se beneficiará de la seriedad capricorniana, y Capricornio encontrará alivio en la actitud vital de Géminis, más ligera y despreocupada.