Escorpio y el Amor

Demi Moore es del Signo Escorpio.

Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio; contigo porque me matas, sin ti porque me muero, canta la copla flamenca.

Y es que el amor del Escorpio se asemeja más al desgarro y tragedia del cante hondo que al lirismo amoroso o la sensiblería romántica, ya que Escorpio es el signo del sexo, del puro sexo, sin romanticismos, ternuras o sentimentalismos.

Signo también de la muerte, en Escorpio el sexo se convierte en pasión atormentada, en lucha sin cuartel, en el que se aúnan placer y agonía, un frenesí devorador que trasciende los límites de la mente y de lo racional, que franquea los umbrales de la vida y de la muerte, pues la fuerza arrolladura de la vida destruye para perpetuarse, para renovarse: hay que morir para renacer.

Bodas entre la vida y la muerte a semejanza de su símbolo, el escorpión, en cuya danza nupcial, desarrollada en la oscuridad de una gruta, y una vez consumado el rito, el macho es devorado por la hembra.

Y otro ritual del escorpión, esta vez únicamente de muerte: cuando se ve acosado, sin salida, antes que darse por vencido, traza un círculo alrededor suyo y se suicida volviendo contra sí su propio aguijón venenoso.

El amor del Escorpio está cargado de tensa emoción, de fuerte erotismo, de atormentada pasión; es un abrazo violento y desesperado, como una posesión más, penetrante, profunda, incisiva.

Escorpio desea intensamente, ama con pasión, se entrega con todo su ser. Un amor tan salvaje no se atiene a razones ni soporta impedimento alguno: quiere, sabe que quiere y no está dispuesto a perder la presa de su amor.

Amor, en consecuencia, absoluto, absorbente, que exige una posesión total, del cuerpo y del alma, en el que se aúna lo más primitivo y lo más sublime, lo más terrible y lo más delicado, el cielo y el infierno.

«Las pasiones del hombre —nos dice el marqués de Sade— son inconcebibles (…). Todo gira en favor del sentimiento: sólo éste dicta todo, y los excesos más inefables (…) no son más que pruebas del amor más ardiente (…).

Desbordamientos increíbles, a veces crueles, pero siempre hijos de la naturaleza (…), que el tonto ignora, que el grosero puritano castiga y que el filósofo respeta, porque sólo él conoce el corazón humano, sólo él tiene su llave.»

Y en este amor que responde a un fuego devorador, a un combate mortal, los celos son consustanciales y, por ende, los reproches, las preguntas hirientes, el despecho, las amenazas, las frases cargadas de doble sentido.

Atormentado por los celos, Escorpio puede amar y odiar al mismo tiempo y con la misma fuerza, y llegar a destruir el objeto de su amor e, incluso, en la desesperación total, destruirse a sí mismo. Es, pues, el signo más fuerte del Zodíaco en el amor y en la destructividad.

Paradójicamente, Escorpio, que suele ser fiel a su pasión, es demasiado fuerte sexualmente para soportar mucho tiempo que en una relación flaquee su vertiente erótica, por muy comprensible que esto sea con el paso del tiempo.

Si así sucede, seguramente la mantendrá como fuere —ya que es de los signos más fieles—, pero se entregará en cuerpo y alma a otra relación que le ofrezca más intensidad.

Por quién se siente atraído

Entre el apasionamiento de Escorpio y el magnetismo y fantasía de Piscis se despertará una relación cargada de emocionalidad.

También el otro signo de Agua, Cáncer, puede atraer a Escorpio poderosamente y vivir con él una historia envolvente y romántica.

Pero, asimismo, con Capricornio y Virgo, signos de Tierra, es posible el amor de Escorpio.

Con Capricornio deberá estar muy alerta, pues es el único signo temible para él, rival en inteligencia y astucia.

Y será precisa toda su intuición escorpiana si quiere conquistarlo. Con Virgo la relación es mucho más relajada y serena, ya que entre ambos existe una magnífica compenetración.

El espíritu franco y amigable de Aries, Leo y Sagitario no encaja muy bien con la introversión y complejidad de Escorpio, por lo que son prácticamente incompatibles.

Sin embargo, su signo opuesto en la rueda zodiacal, Tauro, es el más complementario. Ambos son signos fuertes personal y sexualmente, por lo que la relación será intensa y poderosa en el amor. Pero también en la disensión: la tozudez de ambos puede dar al traste con el sentimiento.

Aún así, si es una mujer Escorpio, podría atraerle un tipo de hombre de tez y cabello oscuros, fuerte y corpulento, con un carácter tal vez algo primario y empecinado, pero sensual y afectivo, que desprenda una atmósfera de veracidad, proximidad, bondad, confianza y seguridad.

Para una relación estable, el Escorpio varón se entenderá bien con una mujer sencilla, plácida, bondadosa y afectiva, sensual, fecunda y sólida, mujer natural y tradicional, punto de referencia estable como pareja, buena madre de sus hijos y dueña de sus pucheros.