Géminis: ¿El más infiel del Zodiaco?

Los Géminis son inmaduros en cuestiones de amor, viven muchos romances hasta descubrir el verdadero. A pesar de dar el «Si», no renuncian al placer de seducir.

Enamorarse de un geminiano conlleva una alerta: su necesidad de tener dos cosas de todo, lo que tienen y lo que desean. Decidirse les cuesta mucho, para ellos elegir implica siempre perder. Los engaños no son nada raros, porque les resulta difícil unificar en una sola persona todos sus deseos. Indecisos, a estos nativos puede resultarles terriblemente incómodo el hecho de tener que mantener una sola posición o que los obliguen a tomar partido.

Si se sienten atraídos por alguien será a nivel mental, por eso la pareja para retenerlos deberá disponer de una variedad de conocimientos y actividades importantes. Si tienen en la mira una presa no cejarán hasta conseguirla. El cóctel que puede con ellos es: el espíritu aventurero, libre y a la vez ingenioso en el intercambio de ideas.

Gustan de palabras románticas pero remitidas al ahora y no al futuro. La infidelidad será un fantasma que los acompañe hasta
que alcancen la madurez afectiva que tanto les cuesta obtener.

Contraen matrimonio más de una vez

La despreocupación de los Gemelos puede confundirse con indiferencia. No es así. Si bien disfrutan con la variedad y son muy dispersos, al establecer una relación basada en una comunicación fluida, se obtiene de ellos su cariño y confianza. Saben que las cosas pueden cambiar. Sus sentimientos profundos son de difícil acceso y en la raíz siempre son contradictorios. Gobernados por el Aire, tienen tantas dificultades en alcanzar la estabilidad, que deberán atravesar muchas rupturas y romances para lograr madurez afectiva.

El/la geminiano/a es feliz cuando ser convierte en centro de atención. No toleran la monotonía, aman la libertad, son proclives a dos o más matrimonios. Huyen aterrorizados, si el romance queda estático mucho tiempo.

El caso de las Gemelas es un poco distinto al de los hombres. Ellas pueden alcanzar mayor madurez y estabilidad afectiva y poseer estos rasgos, pero más atenuados.
Expertos en simulación es uno de los signos del zodíaco más apto para fingir o disimular cuáles son en realidad sus objetivos, pensamientos y sentimientos. Como buen signo mutable, puede adaptarse rápidamente a cualquier situación.

Esto lo lleva a mostrarse irresponsable y camaleónico, poco comprometido, falto de seriedad y a perder credibilidad Sin llegar a ser mentiroso, su falta de compromiso, su independencia, su ansia de libertad en el amor, lo pueden convertir en un ser superficial y frívolo.

Pueden adoptar el papel que más convenga según la ocasión, lo que a veces los hace inaprehensibles. Les encanta aparentar en todo lo que sea lucimiento personal, ropas, arreglo, salidas y belleza.

Venus y la Luna

No es necesario ser un nativo de Géminis para vivir como ellos la experiencia de amar. Quienes en su carta natal, sin ser nativos de este signo, tienen a la Luna o al planeta Venus ubicados en esta constelación, actúan como verdaderos geminianos/as en cuestiones de amor.

Así, Venus se manifiesta en Géminis a través de una personalidad ligera, alegre, encantadora y superficial. Con tendencia al flirteo, probablemente con varios intereses amorosos simultáneos. El amor es comprendido pero no fuertemente sentido, canaliza las emociones a través de la mente.

Un nativo con Luna en Géminis tiende a racionalizar sus emociones y el amor resultar un problema de conveniencia, de ahí que a veces no sepa lo que realmente siente.

A su vez, todo Gemelo que tenga en su carta natal la posición de estos astros en signos de Agua, Fuego o de Tierra, verán modificado su carácter en relación a su vida amorosa.

El «Don Juan» del Zodiaco

Imprevisible, el hombre de Géminis es un Don Juan perfecto para las mujeres. Nunca se ata, pero cuando se enamora es un romántico puro. No sospecha y no desea la exclusividad. Aunque sus sentimientos sean intensos, no los dejará traslucir. Su tendencia a la inconstancia y al libertinaje lo hacen un hombre poco fiable en cuestiones sentimentales.

Sus declaraciones de amor deberán ser tomadas con reservas, ya que suele prometer más que cumplir. Es exagerado en la conquista. Muy dado a las aventuras pasajeras, parece estar siempre divirtiéndose sin considerar a nadie seriamente. Siente horror por la rutina y las complicaciones, huye de las responsabilidades y los deberes. Se esconde o escapa ante los reproches y disgustos.