Leo Cerdo (I)

Leo Cerdo y el Amor

En amor, la virtud del Cerdo realza la calidez propia de Leo. Pese a la tendencia de éste a callejear y pavonearse y, de vez en cuando, dejarse llevar por el canto fascinante de las sirenas, la reserva y la discreción del Cerdo lo refrenan. Quizás este nativo sea algo inconstante y hasta promiscuo, pero jamás será indiscreto. No expondrá ante nadie sus infidelidades; para él, esas cosas son privadas.
En conjunto, los Leo Cerdos necesitan una pareja indefectiblemente fiel y leal. Y como sufrirán bastantes fracasos y tendrán numerosos momentos de desaliento en su vida, también deben elegir una pareja capaz de estrecharlos en los brazos, junto con su humor sarcástico, más allá de las junglas peligrosas, hasta que pase la tormenta y ambos lleguen a puerto seguro. Los Leo Cerdos se toman el amor en serio y se sienten muy afectados por sus vicisitudes.
Son personas responsables y consideran los sentimientos de los demás con tanto respeto como los propios.
Si usted ama a un Leo Cerdo, prepárese a mostrarse inteligentemente dedicado y sobrio. Cuando su Leo Cerdo se comporta con tosquedad, comiendo él solo un salmón ahumado entero y un kilo de caviar, quiere que usted lo llame al orden. Le aconsejo alguna frase del tipo: «Parecería que te mueres de ganas de terminar en un hospital». Nada de drama; emplee un tono ligero. A los Leo Cerdos no les gusta que los manden. Pero sí les gusta que su pareja los ayude a controlarse un poco.

Compatibilidades de los Leo Cerdo

Como el humor (cuanto más negro, mejor) lo atrae, le irá muy bien con los Aries, Géminis, Libra, Sagitario o Capricornio Bueyes, Gatos y Cabras. A usted le gusta el confort y el calor, pero no quiere que lo asfixien, así que manténgase lejos de las Serpientes, sobre todo las de Tauro, Escorpio y Acuario. ¿Con quién conocerá la felicidad? Con un Géminis Perro que sepa cocinar.

Leo Cerdo: el hogar y la familia

Este nativo hará cualquier cosa por vivir rodeado de lujo y buen gusto. El Leo Cerdo es siempre el que tiene el jardín más hermoso, las rosas más grandes del concurso, los proyectos de vacaciones más inusitados y costosos. ¡Para hacernos llorar de envidia! El Leo Cerdo no puede acostarse en una cama que, durante el día, no esté revestida por un cubrecama de terciopelo y, durante la noche, provista de sábanas de satén y puntillas antiguas. Y además del lujo le gusta la comodidad. Uno no puede invitar a este individuo a asistir a un concierto de rock al aire libre un día de lluvia; él no es de los que se congelan sentados en el pasto sólo para escuchar el sonido lejano de unas guitarras eléctricas traído por el viento. Preferirá escuchar esa misma música en su equipo estéreo, echado en su sofá de cuero y bebiendo una copa de champagne.
En familia, el Leo Cerdo es a la vez serio y sarcástico. Tiene un modo propio de encarar las decepciones causadas por su pareja, sus hijos o su familia política. Disimula sus contrariedades con humor. No es que las desilusiones no lo afecten profundamente, sino que se prepara de antemano por si los demás no resultan tan sinceros, valientes o leales como él. En el fondo está convencido de ser bastante superior, pero no exige la perfección en los otros.
Si usted tiene un hijo Leo Cerdo, no lo deje crecer solo, siguiendo su propio antojo, esperando que resulte lo mejor. Es cierto que, desde muy pequeño, parecerá hacer todo bien. Será reservado y profundo, reflexivo. Pero el niño de Leo Cerdo tiene una desesperada necesidad de que lo guíen, de que lo aguijoneen dulcemente, de que le enseñen a desarrollar sus talentos. Si al llegar a la juventud no ha logrado desplegar sus capacidades, podría fracasar miserablemente en la edad adulta. Y nadie sufre fracasos más espectaculares que el Leo Cerdo. Desde la infancia, este nativo se fija normas tan elevadas que lo obligan a alcanzar un altísimo nivel de excelencia en su ámbito o, de lo contrario, a renunciar. El Leo Cerdo deplora la mediocridad. Envíe a este niño a escuelas excelentes y rigurosas: tiene una gran necesidad de aprender.

Leo Cerdo y la profesión

Cierto Leo Cerdo dice siempre que su ambición y su voluntad fueron aplastadas casi desde el nacimiento por una pereza terrible. Afirma ser tan perezoso que ningún proyecto serio despierta su interés por más de cinco minutos. Por supuesto, yo sé que esta persona ha obtenido muchos triunfos y que ha acometido sin gran esfuerzo proyectos que harían palidecer a Lindberg, a Jacques Cousteau y a Superman.
Yo diría más bien que lo que hace que un Leo Cerdo se rinda antes de tiempo no es la pereza, sino la falta de confianza en sí mismo o la amargura de las repetidas decepciones que sufre al comprobar la deshonestidad de sus compañeros o superiores. El Leo Cerdo no se rebaja para conquistar posiciones. O le dan el ascenso que se merece, o se pueden ir todos al diablo.
Un Leo Cerdo feliz es aquel cuyos talentos florecen gracias a una afortunada conjugación de circunstancias o a una sabia elección por parte de sus colegas o socios. El Leo Cerdo puede obrar maravillas en un ambiente en el que encuentre seguridad emocional, aliento, libertad de expresión y motivaciones económicas.

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