Piscis Mono

Bajo la influencia de Piscis, el Mono adquiere una imagen más elegante

En el sistema chino, el Mono asume el papel de solucionador de problemas, grandes y pequeños. El Mono nace lleno de sentido común; es un líder natural pero no busca el poder. Es astuto y estable. Combinación rara. Piscis presta belleza y gracia espirituales a este Mono ágil y fogoso. El resultado es una bella persona cuya reputación de encanto lo precede a todas partes.
Este nativo adora la belleza y sabe encontrarla. Lo que quiere lo obtiene. La percepción creativa, aliada a la astucia y el oportunismo, le otorga cierto cosmopolitismo. El Piscis Mono es refinado sin ser snob; será elegante sin preocuparse por figurar en la lista de los diez mejores vestidos del mundo.
Ahora bien, esta distinción puede ser sólo un barniz. El Piscis Mono tiene una faz de gran simulador. Es maestro en el arte de formarse una imagen ventajosa.
Este nativo hace su camino en la vida gracias a su encanto y su espíritu calculador. Modifica, tuerce y contorsiona sus ideas e inversiones; sus amores y odios siguen la necesidad del momento. Este Piscis es un aventurero nato que sabe engañar a las masas y propulsarse a la situación deseada en menos de lo que canta un gallo. El Mono ya es astuto de por sí y maneja su vida con sus propias manos. Cuando junta sus fuerzas a las de Piscis, se toma algo elusivo, y es esto lo que lo ayuda a avanzar más.
Este sujeto es proclive a los excesos y puede tener problemas de salud, desde el alcoholismo a la gula. Sin embargo, no es autodestructivo. Sabe cuándo poner fin a su autoindulgencia. Siempre encuentra el equilibrio perdido.
El Piscis Mono es muy sentimental. Se apodera de los sentimientos de los demás y se aferra ellos. Tanto en la amistad como en el amor, es pegajoso como la miel.
El Piscis tiene una mirada líquida; el Mono, incisiva. La mirada del Piscis Mono encierra una suerte de ternura. Su actitud general proclama: Amo a la humanidad, pero si trata de herirme me veré obligado a embromarla. Los Piscis Mono nunca son intencionalmente opresivos. Tienen aguda conciencia de su poder de seducción. Pero a veces son demasiado perezosos para tratar de dominar a los otros, y prefieren las vicisitudes de las relaciones personales confusas a la fastidiosa adulación de las multitudes.

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