Sagitario Caballo

Noble figura, el Sagitario Caballo tiene tres partes de Caballo y una sola de humano

Sin embargo, lo interesante es que este Centauro es más cerebro que bestia. El Sagitario nacido en un año del Caballo funciona, en primer lugar a partir de los valores tradicionales, luego por una búsqueda de autocontrol y por último se concentra en el descubrimiento y la realización de sus objetivos.
El Sagitario Caballo no se cansa nunca. Las ojeras, los rasgos tensos y la tez demacrada no significan nada para esta dínamo viviente. «Deberás de estar agotado», le dirán después de ver que se ha pasado despierto tres noches con sus días para sacar adelante un trabajo que habría hecho renunciar a más de uno. El Sagitario Caballo los mirará como si hubieran cometido una incorrección. «¿Yo, cansado? ¡Jamás!». Y es cierto. Estos sujetos trabajan hasta el agotamiento total.
Este nativo tiene buenos modales. Los adquiere con bastante naturalidad con el correr de los años, pues le interesan mucho las mundanidades y las diferencias entre las clases sociales. No llegaría a decir que el Sagitario Caballo es un esnob, pero le anda cerca. De todos modos, aspira a sobresalir de entre la manada. Le complace ser diferente.
Nacido bajo el signo dual de la compasión y el pragmatismo, este sujeto representa la alianza perfecta de ambas cualidades. Defenderá causas nobles y apostará todo a ellas, como hacen los Sagitario, pero sólo sacrificará su tiempo a aquellos ismos y creencias susceptibles de realización. Estos sujetos son demasiado prácticos para embarcarse en sueños completamente imposibles.
El Caballo nacido bajo el signo de Sagitario quiere ser la estrella de su propia vida. La celebridad no lo atrae de modo particular, pero se arroja a la lucha para triunfar y respetarse a sf mismo. Este nativo tiene altos ideales para sí, para su trabajo y para el trabajo de los que están cerca de él. El placer no reviste para él más importancia que en la medida en que calme su tensión nerviosa y su ansiedad, con lo cual se acrecentará su productividad. Este Caballo será el eje en su casa y en su trabajo; los que gravitan alrededor de él lo harán en virtud de la generosidad de espíritu y de billetera propia de este nativo.
Si la pobreza significara la felicidad del Sagitario Caballo y lo liberara de los problemas, no le molestaría vivir sin dinero. Pero necesita un ambiente donde sienta que él tiene el control. Hoy en día no existen «ambientes» baratos. Alguien tiene que pagar el alquiler, la calefacción y la señora que limpia. Por esta razón, las penurias económicas constituyen una amenaza para el bienestar del Sagitario Caballo. Su seguridad le viene del exterior. Por lo tanto, hay que adquirirla.
Este sujeto podrá parecer marginal en ocasiones. A veces tendrá ideas extravagantes. Pero este inconformista sólo es extraño y barroco cuando se lo compara con alguien de un comportamiento más tradicionalista. Es cierto que a veces resulta raro y original, pero sólo en contraste con la monotonía de la sociedad. El Sagitario Caballo no es bohemio al punto de hacerse ermitaño o poeta e instalarse en un desierto para evitar todo contacto humano. Lo tienta tanto la posibilidad de meter su dinero en el bolsillo, que no es fácil que se mantenga mucho tiempo contra la corriente.
En su juventud, su imprudencia lo llevará a pronunciar juicios poco sabios. Pero con la edad adquirirá la sabiduría. El Sagitario Caballo aprende muy pronto a cumplir su palabra, ocuparse de su familia y sus colaboradores próximos y a esperar con calma a que se le presente una buena oportunidad. El galope es para los niños. El Sagitario Caballo maduro desea vivir en un trote agradable, ni demasiado lento ni demasiado veloz, pero llevando siempre la misma dirección: adelante.

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