Tauro y el Amor

Adele es del Signo Tauro.

Tauro, lejos de los flechazos y la intrepidez amorosa de un Aries, es un amor que avanza lento pero seguro: amor sencillo, dulce, tierno, cálido, para toda la vida. Ninguna disociación entre el sentimiento y el deseo, entre el erotismo y la ternura. Amor estable, fecundo y fiel, además de sensual y de gran intensidad.

El Tauro no se enamora cada día: tal vez una sola vez en la vida; y entonces es fiel a su amor para siempre.

Pero sólo a su amor, ya que su fuerte sensualidad le empuja a mil aventuras pasajeras. Bien es verdad que, para él, eso nada tiene que ver con la fidelidad. Pero ¡ay del objeto de su amor si se permite la mínima veleidad!, porque los celos acechan.

Celos que tardan en expresarse, pero que un buen día estallan coléricos y terribles. Mejor, entonces, esperar en silencio a que pase la tormenta si uno no quiere que la sangre llegue al río; algo parecido a como sucede en Bodas de sangre, de García Lorca.

En amor, la mujer Tauro se distingue, al igual que el hombre, no sólo por su estabilidad sino por su sensualidad. Es decir, que será una mujer con plena conciencia de su sexo, exuberante y llena de erotismo, que ama por encima de todo los placeres de la vida y, en primer lugar, los del amor.

Pero no sólo sabrá disfrutar con su pareja de una relación activa, ardorosa y sensual, sino que el hombre encontrará en ella a una mujer consistente, que sabe además organizar de manera perfecta la vida cotidiana. Y en los momentos difíciles, de crisis, desánimo o enfermedad, ella estará siempre allí, serena, fuerte, tierna y animosa.

Es una mujer muy fiel, que exige la misma fidelidad a su pareja. Quizá sea bastante terca —siempre quiere tener razón— y demasiado celosa, pero encontrar a alguien tan cálido y tan sólido no es muy fácil, ¿verdad?
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