La Luna en los Signos del Zodiaco

Cuando está en Aries

Es frecuente que uno experimente cierto sentimiento de inseguridad y que para disimularlo, se muestre desafiante, agresivo y de mal humor. Reinan la impaciencia y la precipitación, con lo que los roces en la pareja y la familia están a la orden del día. Sin embargo, confiere una dosis adicional de energía y aumenta las capacidades personales.
Los viajes rápidos y cortos, los trámites de plazos perentorios y las decisiones espontáneas, son beneficiados. Pero deben postergarse las discusiones, los pleitos y las gestiones que requieran tacto y diplomacia. La Luna en Aries puede inducir a accidentes con objetos cortantes. Se desaconseja para intervenciones quirúrgicas en cráneo, nariz, ojos u oídos, pero es buena para tratamientos en esas zonas.

Cuando está en Tauro

La actitud es pragmática, realista, paciente y bastante obcecada: son los días en que a uno se le mete entre ceja y ceja hacer algo de determinada manera, sin aceptar sugerencias ajenas. Por contrapartida, es una buena Luna para las emociones, el confort, la sensualidad y los momentos apacibles. Las empresas de largo aliento, los viajes de placer, las tareas artesanales o de jardinería, la compra de buena ropa, joyas y terrenos, son favorecidas. Las mudanzas, los cambios bruscos y las decisiones apresuradas, le son contrarias.
La Luna en Tauro promueve la búsqueda de coherencia y consistencia en todas las cosas. No se la aconseja para operaciones de garganta ni extracciones dentales, pero sí para tratamientos en esos órganos.

Cuando está en Géminis

Durante estos días uno se interesa superficialmente por todo pero no alcanza a conocer nada en profundidad. La consigna es comunicarse social e intelectualmente, hablar mucho, escribir, comprar libros, dar o concurrir a conferencias, salir a tomar café con los amigos. Es buena para los trabajos de corta duración y que no requieren paciencia o demasiado esfuerzo físico. También para los viajes cortos, los trámites rápidos y las idas y venidas, tipo mandados.
La Luna en Géminis, sin embargo, no favorece los viajes largos, las decisiones importantes ni las relaciones afectivas, ya que está en un signo mental. Tampoco es adecuada para inversiones inmobiliarias ni para nada que tenga relación con lo estable y permanente. No se la aconseja en intervenciones quirúrgicas de órganos dobles (pulmón, especialmente, pero también riñones, ojos, oídos, brazos y piernas); pero es excelente para tratar esas partes.

Cuando está en Cáncer

Aquí la Luna está de parabienes porque es la regente natural del signo del cangrejo, así que se siente como en su propia casa y ofrece sus mejores atributos. Por empezar, realza los vínculos familiares, sea con los padres, sea con los hijos. La vida de hogar es la consigna y los extraños, en estos días, son de palo. Las relaciones sociales, por lo tanto, quedan aplazadas. También las mudanzas, que bajo su influjo pueden resultar problemáticas.
Los sentimientos afloran espontáneamente, sin retaceos, pero hay mucho más afecto que sensualidad. La Luna en Cáncer es emotiva, receptiva y estimula la imaginación, de manera que uno suele soñar despierto. Sin embargo, hay que precaverse de la melancolía, las cavilaciones y de los vaivenes de humor. Es buena para viajes por agua y compras domésticas, pero desaconsejable para operaciones en vías digestivas. Su tratamiento, en cambio, es ideal.

Cuando está en Leo

Así como la Luna es regente de Cáncer, el Sol lo es de Leo, que representa el poder. Esto nos lleva a una primera conclusión: la Luna en el signo del Sol promueve buenas relaciones con los factores de poder, llámese gobierno o dueño de una empresa en la que se trabaja. La segunda conclusión es que facilita, por tanto, la conquista de nuevos espacios y las promociones personales, así que si busca un ascenso o mejorar su sueldo, ya sabe cuál es su Luna. Asimismo, favorece el trato con superiores y personas de elevada posición social, las creaciones artísticas, la compra de cosas de valor (especialmente, de regalos), las relaciones afectivas y las nuevas amistades. Es ideal para persuadir, aceptar responsabilidades, mejorar la reputación y mostrarse generoso. La disciplina y la meticulosidad no le van bien; tampoco las operaciones cardíacas o de vértebras, pero sí su tratamiento clínico.

Cuando está en Virgo

Son horas para la minuciosidad, la prolijidad, la higiene y la técnica. Una de las palabras rectoras es: orden. La otra es: crítica. Lo racional y práctico prima sobre lo emocional y afectivo, no porque uno no sea capaz de sentir, sino porque es renuente a permitir que esos sentimientos se expresen con soltura.
Con la Luna en Virgo no hay que esperar que las propuestas afectivas prosperen, pero sí las buenas relaciones con empleados y personal doméstico. Es el momento ideal para atender a los detalles, reparar artefactos y motores, estudiar, ocuparse de trámites bancarios y comprar mascotas. Pero es contraproducente para casarse, viajar por agua, iniciar proyectos ambiciosos y comprar propiedades. La consigna es cumplir con el deber y no criticar tanto a los demás. Es mala para operar hígado e intestinos, pero adecuada para tratar problemas en esos órganos.

Cuando está en Libra

Por estos días hay un fuerte deseo de aceptación social, de moverse en ambientes refinados y de codearse con gente que está a la altura de los valores e ideales culturales que nos son propios. El equilibrio, la cortesía en el trato y la armonía en las relaciones, son la regla general. Cuando la Luna está en Libra, no hay espacio para la pelea ni la agresividad, salvo que otros factores de la carta astral de cada uno modifique esta tendencia. Las relaciones sociales, el mundo del arte y la cultura, son beneficiados. También, las compras de ropa, el uso de tinturas y cremas, y todo tratamiento que sirva a los efectos de embellecer la silueta. Es excelente para los encuentros románticos y los viajes cortos, pero desaconsejable para el uso de objetos cortantes y la cirugía de riñón y vejiga. Sin embargo, es adecuada para tratar afecciones localizadas en esas zonas.

Cuando está en Escorpio

La luna en este signo es una especie de Barba Azul o de Herodes -en realidad, tiene mezcla de los dos- con un toque de marqués de Sade. Las grandes catástrofes, los accidentes masivos, las tragedias y la muerte en medios de transporte o lugares de concentración popular, suelen producirse con Luna en Escorpio, especialmente si coincide con la fase de Luna llena. Lo mejor es no viajar, ni mudarse, evitar los vínculos sociales o sentimentales y actuar con extremada cautela en todos los órdenes.
La Luna es Escorpio guarda vinculación con las enfermedades venéreas y muy posiblemente con el SIDA, de manera que es probable que facilite el contagio. Por contrapartida, sirve para investigar, hacer estudios científicos, aumentar la confianza personal, efectuar psicoterapia, encauzar propósitos de largo alcance. No hay que operar ovarios, útero, próstata, gónadas ni senos, pero sí tratarlos.

Cuando está en Sagitario

Es el momento ideal para buscar nuevos horizontes, laborales o de los otros, para viajar, vivir aventuras amorosas, hacer expediciones, incursionar en la política, practicar deportes (especialmente, equitación o polo) y pasear al aire libre.
La Luna en Sagitario favorece todo lo que tiene que ver con la ley y la religión, así que estos días son excelentes para solucionar diferendos, vincularse con jueces y abogados, estudiar filosofía o teología y visitar templos. Están contraindicados los deportes violentos (boxeo, rugby), los asuntos que requieren mucha dedicación o minuciosidad y los proyectos de complicada realización. Hay un fuerte deseo de libertad que debe ser oído y ganas de apostar en el juego, de comer y de beber en exceso, que más vale reprimir. No es aconsejable para operaciones en muslos o caderas pero sí para iniciar un tratamiento clínico en esas zonas.

Cuando está en Capricornio

Entre los astrólogos se la conoce como Luna triste y hay una poderosa razón: cuando transita este signo, lo hace en oposición a Cáncer, su regencia. Esto es como andar con la casa en contra, lo cual no alegra a nadie. Uno se siente inseguro y duda de que lo amen o lo necesiten, lo cual lleva al pesimismo y al abatimiento. Pero al mismo tiempo, redobla sus esfuerzos en lo laboral, precisamente para compensar con el reconocimiento de sus jefes, la sensación de no ser querido.
La Luna en Capricornio es obviamente buena para tomar mayores responsabilidades en el trabajo y para comprar objetos antiguos o hacer turismo en las montañas y sierras; pero no es apta para comprar ropa, escuchar confidencias, casarse, iniciar una nueva relación ni creer en rumores. Las intervenciones quirúrgicas en huesos (especialmente, rodillas) están contraindicadas, pero favorece el tratamiento de la piel, los cabellos y las articulaciones.

Cuando está en Acuario

Los sentimientos personales dejan paso a la conciencia social y uno se muestra proclive a moverse en grupos o a integrarse a alguna comunidad u organización de ayuda que escape a los cánones tradicionales. También hay tendencia al estudio científico, interés por la Astrología y ganas de incursionar en el New Age.
La Luna en Acuario exalta lo imaginario y lo inventivo, no hace caso a las formalidades y más bien facilita las conductas rebeldes y las ideas revolucionarias, para bien o para mal. Beneficia las mudanzas, los cambios, las nuevas amistades, la compra de artefactos electrónicos (especialmente, computadoras y videocámaras). Uno se siente libre y es capaz de arremeter con escritos críticos y comentarios sarcásticos contra personas o instituciones tradicionalistas. No es aconsejable para operar várices, piernas ni tobillos; pero sí para tratar problemas circulatorios (flebitis) o luxaciones en esas zonas.

Cuando está en Piscis

Hay una tendencia a empatizar, más que a simpatizar, con los problemas de la gente que lo circunda, de manera que en vez de aportar una solución práctica todo lo que uno hace es conmoverse, afligirse y llorar, especialmente si además se nació con el Sol o la Luna en Piscis. Con todo, cuidará y asistirá a enfermos y necesitados, escuchará sus confidencias, irá a pescar, viajará por agua y tendrá experiencias parapsicológicas, si lo desea, ya que esta Luna facilita y beneficia todos esos asuntos. También, el casamiento y los retiros espirituales.
La intuición, la sensibilidad y las emociones están a flor de piel y uno arriesga a que la imaginación le haga dar un tropezón con la realidad. La luna en Piscis no es aconsejable para hacer negocios, ni para comprar o vender nada y mucho menos inmuebles. Tampoco para manejar aparatos de precisión. Las operaciones en extremidades inferiores deben postergarse pero es un buen momento para tratar sus pies.